Manchas en los dientes de los niños

Cuando empiezan a salir los primeros dientes de los niños, generalmente son de un color muy blanco. A medida que pasa el tiempo y cuando los niños ya tienen todos los dientes, se pueden producir alteraciones en el color.
Si bien los más pequeños no tienen ciertos hábitos, como por ejemplo tomar café o fumar (factores que pueden incidir en el cambio de color), existen diferentes causas que hacen que los dientes de leche no sean tan blancos.
Distintas manchas
Gris oscura o negra: pueden provocarse por un derrame de sangre en el nervio del diente a partir de un traumatismo. En este caso, ningún tratamiento eliminará la mancha.

Marrón grisácea: también suelen producirse después de un golpe. Este proceso es conocido como necrosis o gangrena pulpar. Esto ocurre cuando el tejido nervioso del diente se inflama e impide que el riego sanguíneo sea el correcto, por lo que se degrada el tejido y se produce una degeneración. En estos casos, el diente pierde sensibilidad y por eso muchas veces no duele, pero hay que estar atentos porque puede aparecer una fístula de pus en la encía a la altura del diente. En ese caso, es importante acudir a un odontopediatra porque es posible que haya que realizar un tratamiento de conducto.

Amarilla verdosa: pueden aparecer cuando el niño no se lava correctamente los dientes. Para eliminarla, acudir a un odontólogo quien realizará una limpieza dental. Es importante mejorar la técnica de cepillado e insistir en las zonas manchadas.

Naranja: suelen producirse por un depósito de bacterias que se puede eliminar con el cepillo de dientes. Generalmente se acumula en la base del diente, junto a las encías o en la parte interior de las piezas dentales, ya que son lugares a los que el cepillado llega con menos efectividad si no se realiza cuidadosamente.

Negra: estas manchas se pueden producir por:
• Bacterias cromógenas: En este caso, las manchas no se eliminan con el cepillado y suelen aparecer constantemente, se irán una vez que el niño cambie los dientes
• Caries: cuando pasa a su fase final, toma este color porque las bacterias ya se han adueñado de la pieza dental. Una vez que esta caries se extiende, el resto del diente puede llegar a ablandarse, por eso es importante acudir rápidamente al odontopediatra.

Amarilla o marrón: este color de manchas puede deberse a la utilización de antibióticos con tetraciclina. Es recomendable evitar el consumo de medicamentos que contengan esta droga durante el embarazo, ya que los dientes del bebé se empiezan a formar y su utilización puede provocar una coloración más amarillenta. Esto podría afectar tanto a los dientes temporales como a los definitivos.

Blanca: se pueden producir por diversos motivos, pero los más frecuentes son:
• Fluorosis: puede deberse a la excesiva utilización de pastas de dientes con flúor.
• Caries: en sus etapas iniciales la caries se ve de color blanco. Esto se produce debido a la desmineralización del esmalte. Para revertir el problema, se deberá acudir al odontólogo quien realizará una terapia de remineralización.

Las soluciones a los distintos tipos de manchas varían en cada una de ellas. Pero en todos los casos, es importante que insistamos en un buen cepillado y que exista una adecuada prevención. También es fundamental que las detectemos a tiempo y no permitir que la salud de la boca del niño se deteriore.

 

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